La osteoartritis o artrosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por el deterioro paulatino del cartílago articular y que puede afectar a cualquier articulación del organismo.
Este deterioro tiene como resultado la aparición de dolor con la realización de la actividad física, dificultad variable para caminar y permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla.
¿Por qué se produce la artrosis de rodilla?
Además del envejecimiento natural, se trata de una enfermedad propia de la gente mayor de 50 años, cualquier suceso que lesione el cartílago puede ocasionar una artrosis, Es lo que se conoce como artrosis de rodilla secundaria. Con el tiempo, una pequeña herida en el cartílago se puede hacer mayor y conducir a una pérdida de gran cantidad de cartílago. Sucesos tales como lesiones traumatológicas, infecciones, inflamaciones, osteonecrosis (hueso muerto) o inestabilidades pueden hacer que el cartílago se deteriore.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes son dolor en la articulación y rigidez, tras estar mucho tiempo de pie, caminando o realizando una actividad física.
Al comienzo de la enfermedad, la rodilla nos permite caminar con normalidad, pero tras pasar un rato sentado, o al levantarse por la mañana, la rodilla está más rígida y dolorosa durante unos minutos.
A medida que la enfermedad progresa, el dolor puede interferir en las actividades cotidianas. Duelen especialmente algunas actividades como el subir y bajar escaleras, caminar por terrenos irregulares o levantarse de una silla.
En los últimos estadios de la enfermedad el dolor puede ser continuo e incluso afectar el descanso nocturno.
En ciertos momentos la rodilla se pone hinchada y caliente, se trata de los episodios de inflamación que de forma ocasional se observan en la artrosis de rodilla.
Con el paso del tiempo puede irse alterando la alineación de la rodilla, normalmente metiéndose hacia adentro las piernas. La rodilla se deforma por la reacción del hueso articular ante la artrosis, formando en los bordes de la articulación unas rebabas óseas que se llaman osteofitos.
Tratamiento fisioterapéutico para la artrosis de rodilla
La Fisioterapia es una gran opción para mejorar los síntomas que provoca la artrosis de rodilla.
Objetivo:
- Disminuir el dolor y combatir la inflamación.
- Mantener o aumentar si es posible la movilidad articular.
- Aumentar la estabilidad articular mediante la prevención de la atrofia muscular.
- Retrasar la evolución de la enfermedad.
- Mantener la independencia funcional.
- Prevenir las deformidades y contracturas.
- Establecer medidas de ahorro articular
Las terapias que habitualmente se utilizan o que se aplican para los casos de artrosis de rodilla son las siguientes:
- Terapia manual. existen una gran variedad de técnicas manuales, pero cada Fisioterapeuta deberá elegir la más apropiada para su paciente. Algunas de estas técnicas manuales para tratar la artrosis de rodilla son las siguientes:
– Masaje o masoterapia.
– Movilizaciones articulares.
– Osteopatía.
- Ultrasonido. Se utilizan ondas sonoras para tratar espasmos y dolores musculares.
- Estimulación eléctrica. Se utiliza una corriente eléctrica suave para tratar el dolor.
La fisioterapia también incluye hacer ejercicio, como estiramientos, ejercicios para los músculos del tronco, aumentar la fuerza y caminar. Hay ejercicios que le ayudaran de manera sorprendentes; tener músculos fuertes en el tronco y las caderas puede ayudar a controlar el dolor de rodilla y aumentar su capacidad para estar activo.
Si a lo largo de este artículo te has sentido identificada o identificado con lo expuesto, te animo a que te pongas en contacto con nuestro equipo de Fisioterapeutas de Clínica Nespral. Ellos te proporcionaran un tratamiento completamente personalizado para mejorar tu artrosis de rodilla.