Artrosis de pulgar o rizartrosis
La artrosis del pulgar, también conocida como rizartrosis o osteoartritis de la articulación trapeciometacarpiana, es una condición degenerativa que afecta la articulación en la base del pulgar, donde se encuentra el hueso trapecio y el metacarpiano.
La artrosis del pulgar es más común en mujeres y suele desarrollarse a medida que envejecemos, debido al desgaste gradual de la articulación. Sin embargo, también puede ser causada por lesiones traumáticas, como fracturas o esguinces repetidos en la zona.
Síntomas
Los síntomas de la artrosis del pulgar pueden variar, pero los más comunes incluyen:
- Dolor en la base del pulgar, especialmente al agarrar o pellizcar objetos.
- Inflamación y sensibilidad en la articulación.
- Rigidez y dificultad para mover el pulgar.
- Pérdida de fuerza y destreza en la mano.
Causas
- Desgaste por el envejecimiento: La artrosis es una enfermedad degenerativa que suele estar asociada con el envejecimiento. Con el paso del tiempo, el cartílago que recubre las articulaciones puede desgastarse, lo que lleva a la aparición de la artrosis.
- Lesiones traumáticas: Traumatismos directos, como fracturas o esguinces repetidos en la articulación trapeciometacarpiana, pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis de pulgar. Las lesiones pueden dañar el cartílago y desencadenar cambios degenerativos en la articulación.
- Uso excesivo o actividad repetitiva: Las actividades que implican movimientos repetitivos del pulgar y la mano, como la escritura, el uso excesivo de herramientas manuales o deportes como el golf o el tenis, pueden desencadenar la artrosis del pulgar. La tensión continua en la articulación puede contribuir al desgaste del cartílago.
- Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar artrosis, incluida la artrosis de pulgar. Los factores hereditarios pueden influir en la calidad del cartílago y en la capacidad del cuerpo para reparar y mantener las articulaciones.
- Factores hormonales: Se ha observado que las mujeres, especialmente después de la menopausia, tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis de pulgar. Se cree que los cambios hormonales pueden desempeñar un papel en la degeneración del cartílago.
Tratamiento de la artrosis del pulgar
El tratamiento de la artrosis del pulgar puede involucrar una combinación de medidas conservadoras y, en algunos casos, intervenciones médicas. Aquí hay algunas opciones de tratamiento que podrían ser recomendadas:
- Medicamentos: Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, pueden aliviar el dolor. En casos más graves, el médico puede recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para reducir la inflamación y el dolor.
- Terapia física: Un fisioterapeuta puede ayudarte a fortalecer los músculos de la mano y mejorar la movilidad de la articulación afectada. También pueden enseñarte técnicas de protección articular para realizar actividades diarias sin agravar los síntomas.
- Férulas y férulas de inmovilización: El uso de una férula o férula especialmente diseñada para el pulgar puede ayudar a aliviar la presión sobre la articulación y brindar apoyo durante actividades que puedan empeorar los síntomas.
- Inyecciones de corticosteroides: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides en la articulación para reducir la inflamación y el dolor a corto plazo.
- Cirugía: Si los síntomas son graves y no responden a otros tratamientos, se puede considerar la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen la artroplastia, donde se reemplaza o remodela la articulación dañada, o la artrodesis, donde se fusionan los huesos del pulgar para proporcionar estabilidad.
Tratamiento de Fisioterapia para la Artrosis de pulgar
La fisioterapia puede desempeñar un papel importante en el tratamiento de la artrosis de pulgar al proporcionar alivio del dolor, mejorar la movilidad y fortalecer los músculos de la mano. A continuación, se presentan algunos tratamientos de fisioterapia comunes utilizados para tratar la artrosis de pulgar:
- Terapia manual: El fisioterapeuta puede utilizar técnicas de terapia manual, como el masaje, la movilización articular y el estiramiento suave, para aliviar la rigidez, mejorar la circulación y reducir la inflamación en la articulación afectada.
- Ejercicios de fortalecimiento: Los ejercicios específicos de fortalecimiento pueden ayudar a fortalecer los músculos de la mano y del pulgar, lo que puede proporcionar mayor estabilidad y soporte a la articulación afectada. Los ejercicios pueden incluir apretar una pelota de goma, hacer pellizcos o usar bandas de resistencia para realizar movimientos de pinza.
- Estiramientos: Los estiramientos suaves pueden ayudar a mejorar la flexibilidad de los músculos y los tendones que rodean la articulación del pulgar, lo que puede aliviar la rigidez y mejorar la movilidad. Los fisioterapeutas pueden enseñarte ejercicios de estiramiento específicos para realizar en casa.
- Modificación de actividades: El fisioterapeuta puede ayudarte a identificar las actividades diarias que pueden empeorar los síntomas de la artrosis de pulgar. Te brindarán orientación sobre cómo modificar la forma en que realizas estas actividades para reducir la tensión en la articulación afectada y evitar el dolor.
- Férulas y ortesis: En algunos casos, se pueden utilizar férulas o dispositivos de ortesis especialmente diseñados para la mano y el pulgar. Estos dispositivos pueden ayudar a estabilizar la articulación, reducir el dolor y mejorar la función.
Es importante trabajar en estrecha colaboración con un fisioterapeuta especializado o un terapeuta ocupacional, quienes podrán evaluar tus síntomas y necesidades específicas, y diseñar un plan de tratamiento individualizado para la artrosis de pulgar. También pueden brindarte pautas sobre la autogestión, la protección articular y la prevención de futuros daños.
Pide cita para que nuestros fisioterapeutas realicen una evaluación y diagnóstico personalizado para tu caso.