En nuestro centro de fisioterapia y osteopatía de Gijón sabemos de la importancia de un buen entrenamiento personal, como ya os hemos comentado anteriormente en este mismo espacio.
Este entrenamiento debe adaptarse a cada persona y a cada edad, ya que un entrenamiento eficaz en cada etapa de la vida puede prolongar la juventud tanto de nuestro cuerpo como de nuestra propia mente. Pero a la hora de desarrollar un buen plan de entrenamiento, no sólo la edad será un factor determinante, sino que existen otros como la alimentación, las enfermedades padecidas, el peso o los hábitos de actividad física.
Vamos a ver a continuación qué tipo de entrenamiento es el más adecuado, atendiendo a la edad de las personas. Tomaremos de ejemplo 3 etapas diferentes de la vida, la juventud, la madurez y la vejez.
Plan de entrenamiento para personas jóvenes (20 a 40 años)
Entre los 20 y los 30 años nuestro cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación. Es cuando gozamos de la mejor forma física y es en esta etapa cuando debemos crear un buen hábito de entrenamiento. Por ello es muy importante trabajar el aspecto psicológico más que el físico en sí. La motivación es el factor clave para lograr una constancia a la hora de realizar ejercicio y conseguir las metas que nos hayamos impuesto.
Salvo que la persona sufra algún tipo de enfermedad, no es recomendable a estas edades un entrenamiento orientado exclusivamente a reducir peso. Lo que se debe buscar es mejorar la condición física en general, entrenando resistencia, fuerza y elasticidad. Además, la actividad física puede ayudar a los estudiantes a mejorar la concentración y reducir su ansiedad.
A partir de los 30 se empieza a incrementar el porcentaje de grasa en el cuerpo y nuestro volumen muscular se reduce. Si se deja de practicar ejercicio empezaremos a notar cierto deterioro físico.
En estas edades es necesario evitar que la grasa se acumule en ciertas partes de nuestro cuerpo por lo que debemos favorecer el buen funcionamiento de nuestro metabolismo, a través de una actividad aeróbica constante y prolongada en el tiempo. El principal problema que nos encontramos es la falta de tiempo, debido a que la mayor parte la pasamos en el trabajo y cuando llegamos a casa tenemos poco tiempo para dedicarlo a hacer ejercicio, lo que nos incita a llevar una vida sedentaria.
El entrenamiento adecuado en esta etapa debe incluir ejercicio aeróbico, tonificación y ejercicios de flexibilidad, además de aprender alguna técnica que nos permita controlar y mejorar nuestra postura corporal, como el Pilates, para así evitar lesiones. También es bastante corriente que a estas edades las mujeres decidan tener hijos, por lo que es recomendable tonificar la musculatura del suelo pélvico y después trabajar abdominales para recuperar el estado físico que tenían antes de dar a luz.
Plan de entrenamiento para personas entre 40 y 50 años.
En esta etapa nuestro cuerpo empieza a tener una mayor tendencia a acumular grasa y además lo hace en determinadas zonas. La forma física que antes manteníamos fácilmente siguiendo unos determinados hábitos, cada vez nos resulta más difícil de conseguir. Se empieza a notar la diferencia entre las personas que anteriormente venían realizando ejercicio de las que empiezan en estas edades.
Si ya entrenabas, nuestro plan de entrenamiento debe ser de lo más completo, incluyendo ejercicio cardiovascular, tonificación con peso y ejercicios de corrección postural. Si por el contrario, es la primera vez que decides hacer ejercicio, deberías ponerte en manos de un buen profesional. Un entrenador personal desarrollará un plan específico en función de tu estado de salud y los objetivos que pretendes alcanzar.
Es conveniente, antes de realizar cualquier tipo de ejercicio físico, dedicarle un buen tiempo al calentamiento. Lo normal es realizar sesiones de unos 60 minutos, 2 o 3 veces a la semana que incluirán calentamiento, tonificación, cardiovascular y estiramientos.
Plan de entrenamiento para personas mayores.
A partir de los 50 se acentúa la diferencia de forma física entre las personas que han venido realizando ejercicio físico continuado a lo largo de su vida y aquellas otras que no lo han practicado nunca, por lo que el plan de entrenamiento difiere dependiendo del tipo de persona.
A estas edades es conveniente evitar el agotamiento por lo que se debe compaginar el ejercicio dentro del gimnasio con actividades fuera del mismo como andar o nadar. Buscamos sobre todo mejorar la actividad cardiovascular. También es recomendable reforzar la musculatura de soporte para mejorar la postura y prevenir dolores de espalda o articulaciones.
Es básico contar con el asesoramiento de un entrenador personal, sobre todo en el caso de no haber practicado ejercicio, de forma continuada, anteriormente. Una vez que conozca el estado de salud de la persona, después de realizarse un buen chequeo médico, determinará las pautas a seguir.
La menopausia en las mujeres produce un descenso en los niveles hormonales que provoca pérdida de calcio en los huesos. Es muy importante la realización de ejercicio para ayudar a frenar esta pérdida y contrarrestar la reducción de masa ósea.
Como siempre, sea cual sea la edad o el estado físico de la persona siempre recomendamos ponerse en manos de un buen profesional. En nuestra clínica de Gijón contamos con nuestro propio entrenador personal que diseñará el mejor plan de entrenamiento posible y os orientará en todo momento, con el objetivo de conseguir los mejores resultados de la forma más efectiva y segura.