Las irregularidades en el funcionamiento intestinal pueden generar tensiones internas que se reflejan, entre otros síntomas, en dolores de espalda.
Mientras los osteópatas convencionales se enfocan principalmente en equilibrar los músculos, huesos, ligamentos y tendones, la osteopatía visceral considera además los movimientos y la salud de los órganos internos, conocidos como vísceras: estómago, hígado, intestinos, pulmones, entre otros. Esta práctica aborda problemas en espalda, cuello, hombros y piernas a través de un enfoque holístico que vincula la salud visceral con las dolencias musculoesqueléticas.
Por ejemplo, un osteópata podría concentrarse en tratar problemas en los pies o la pelvis, sin embargo, el origen del malestar podría residir en el cuello. Esto se debe a menudo a que el cuello actúa como el último punto de compensación en el cuerpo: los ojos buscan alinearse con el horizonte, lo que lleva a inclinar la cabeza sobre el cuello para compensar, a menudo sin conciencia. Esta postura desencadena malestares en el cuello.
En el enfoque de la osteopatía visceral, se aplica un razonamiento similar. El estómago y el hígado están conectados al diafragma a través de ligamentos. Así, cuando el diafragma no se mueve adecuadamente, afecta a las estructuras vinculadas a él.
Por ejemplo, en situaciones de estrés, se suele adoptar un patrón de respiración superficial. Si el diafragma no se mueve eficientemente, esto impacta en el estómago, hígado, páncreas e intestinos. A largo plazo, podría desencadenar acidez estomacal, hernia hiatal, dolores estomacales o trastornos digestivos, y posteriormente, desencadenar dolores crónicos en la espalda.
¿Cómo puede el estómago causar dolor de espalda?
El estómago, el hígado, los intestinos y otras vísceras están parcialmente inervados por los nervios que salen de la médula espinal (alojada en la columna vertebral). Estos nervios transmiten información en dos direcciones: del estómago hacia la médula espinal y, al mismo tiempo, envían mensajes de vuelta hacia la médula espinal (y a el cerebro) si algo no marcha bien. Cuando el dolor es constante y crónico, el estómago envía ‘alertas’ a nivel de la médula espinal (a través del nervio esplácnico mayor) que el cerebro podría interpretar como dolor muscular en la zona central de la espalda.
La osteopatía considera el cuerpo en su totalidad, reconociendo que el dolor es una señal, pero no la raíz del problema. Por tanto, evaluamos no solo los huesos, sino también los músculos, los ligamentos, los órganos internos, los tejidos conectivos y el sistema nervioso.
Es crucial comprender los hábitos alimenticios, las posibles intolerancias alimentarias o antecedentes de síndrome del intestino irritable (SII), ya que estos factores pueden impactar directamente en la espalda. Problemas intestinales y otros trastornos viscerales, incluyendo los ginecológicos, también pueden influir en el malestar de la espalda.
Aunque los osteópatas inicialmente abordan los aspectos mecánicos de una dolencia o lesión, también consideran otros aspectos del cuerpo. Si el paciente no responde al tratamiento estructural inicial, es fundamental considerar y abordar otros aspectos de su salud.
La importancia de la osteopatía visceral
La osteopatía visceral merece una atención especial. Cada órgano interno desempeña un papel crucial en nuestra salud fisiológica. Los intestinos, por ejemplo, son responsables de la absorción de vitaminas, el hígado desintoxica el cuerpo, el páncreas produce insulina para regular el nivel de azúcar en nuestro organismo, entre otras funciones. Su correcto funcionamiento es esencial para el bienestar humano.
Además, es importante reconocer que los órganos internos están expuestos y son sensibles a las emociones y la salud mental. El corazón puede acelerarse por el miedo, se pueden experimentar sensaciones de “mariposas en el estómago”, y el estrés de situaciones como una entrevista o un examen puede influir en la frecuencia de los movimientos intestinales. Los traumas emocionales también pueden impactar en las vísceras y afectar la biomecánica que las rodea. Pasar por alto estos aspectos sería descuidar la verdadera naturaleza del ser humano: una entidad integral que involucra tanto su faceta emocional como física.
Manipulación visceral
La manipulación de órganos internos, ideada por el osteópata francés Jean Pierre Barral D.O., es un tratamiento sumamente eficaz tanto para los trastornos de la espalda como para los problemas funcionales que impactan los sistemas de órganos más profundos del cuerpo.
En las estrechas cavidades del cuerpo, como el abdomen, el tórax o la pelvis, todos los órganos se desplazan y se acomodan unos junto a otros. La movilidad de un órgano se relaciona con su habilidad para moverse y mantener armonía con los órganos adyacentes.
El malestar crónico en la región lumbar, torácica y cervical, así como la ciática, los dolores sacroilíacos y de cóccix, a menudo tienen su origen en cuestiones viscerales.
Enfoques convencionales, que incluyen fisioterapia, analgésicos o técnicas de manipulación quiropráctica u osteopática, suelen ofrecer alivio temporal o resultar ineficaces antes de que los síntomas reaparezcan.
Solucionando el dolor de espalda con manipulación visceral
Las personas que sufren de dolor de espalda a menudo van de médico en médico en búsqueda de respuestas. La observación perspicaz de Barral revela que la raíz del problema puede identificarse a través de la escucha, una técnica osteopática que permite al profesional determinar dónde el cuerpo retiene la tensión responsable de los síntomas. Identificar este origen brinda un camino efectivo para abordar la fuente del malestar.
Cada órgano posee un patrón inherente de movimiento o motilidad. La pérdida de esta actividad puede desencadenar problemas funcionales como el síndrome del intestino irritable, el estreñimiento o el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado). En individuos con estas afecciones, la manipulación visceral estimula el sistema nervioso entérico del tracto gastrointestinal y constituye un componente crucial en un enfoque terapéutico integral para estos problemas.
El propósito de toda manipulación es restaurar el equilibrio en el cuerpo en su totalidad. Incluso en presencia de una anomalía estructural, como una hernia discal, un desgarro de menisco o una úlcera estomacal, el equilibrio dinámico de la región suele estar comprometido, incluso antes de que aparezcan las lesiones o los síntomas. Este estado inestable puede ser el desencadenante de lesiones o dolores en la espalda, entre otros. Analizar a la persona desde una perspectiva visceral y tratar el desequilibrio funcional puede acelerar el proceso de curación y reducir los síntomas.
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