I Trail de Montaña en Gijón, Asturias
Por Carlos Hernández.
Llego el día que tanto se esperaba, corríamos en casa el I Trail de Montaña organizado por Team Sport Spirit en nuestra ciudad, Gijón, sin grandes altitudes y montes como en otros lugares, pero si con una gran afición, todo un merito la verdad.
El recorrido ya lo conocíamos, normalmente es uno de los sitios habituales de entrenamiento y quedadas del Sport Club Nespral, por eso sabíamos lo que nos esperaba, y mi cuerpo, aún resentido de la media maratón y sobre entrenamiento de los últimos días, notó la carga de trabajo pero gracias al recuperador de Laboratorios Nutergia pude ir, correr y terminar, lo más importante.
Reconozco que sin duda es muy eficaz cuando realizamos grandes «tiradas» como es mi caso, un diez para ellos, y gracias por confiar en nuestro equipo para apoyarnos antes, durante y después de las carreras.
Calentamiento y preparación del Trail de Montaña
Después de llegar con tiempo suficiente para el calentamiento y preparación de la carrera, era turno para los saludos y últimos detalles, a veces incluso de tanto saludar y disfrutar de los momento previos de una carrera como este Trail de Montaña, te quedas sin tiempo para calentar, pero de lo malo dije, ya iré calentando.
Modalidad y distancia del Trail de Montaña, comenzamos la carrera
Empieza la carrera de montaña, la primera en nuestra ciudad, la gente sale como balas y yo mantengo la cabeza fría, era consciente en todo momento que esa no era mi carrera. La había planteado para controlar mis pulsaciones y no plantearla por ritmos, además, me había decantado por los bastones,ya sabéis que toda ayuda es poca para poder disfrutar todos los kilómetros que tenía por delante. El barro, la sobrecarga, y si eramos pocos pario la güela, el catarro con media botella de bisolvon, iba completito, kit de supervivencia para la carrera y demostrar así que soy uno de los runners del Nespral Sport Club.
Problemas y dificultades durante las carreras de montaña.
Sin apenas pasar los dos primeros kilómetros, se produjo el primer embudo, de lo malo no perdemos mucho tiempo, algo que si ocurriría en el siguiente, sería en el kilómetro 4, nos hizo hizo sumar 10 minutos en espera, gente que no se mantiene, osados a lo rambo que trepan por la cuerda al estilo hollywood, cuando nos llega el turno, se notaron los bastones y pasamos rápido y bien, todo tiene sus pros y sus contras.
A partir de ahí, a escalar. Tomo de referencia unos compañeros que iban más fuertes he intento recortar lo que he perdido en el paso, lo consigo pasado unos kilómetros coronando arriba, la subida ha sido perfecta, sin cansancio y sin sobrecargas, pero si dosificando mucho el esfuerzo en este tramo de carrera.
Cuando enlazo con ellos, uno se me escapa, no entro al trapo, necesito recuperar en el rellano de la muralla, todos nos conocemos y sabemos cada uno donde es más fuerte, se que bajando recuperaré eso y más. Otro de mis compañeros se queda conmigo, pero me marco mi ritmo, si entro en el suyo podría quedarme fuera.
Empieza la bajada de la muralla, intento poner tierra de por medio, estoy en el kilómetro 11 y me encuentro bien. Mi compañero me adelanta para bajar más fuerte cuando de repente, no mido la distancia y caigo en plancha, digo adiós, se paran los de delante, se parar los de atrás, y viendo que no tengo nada roto, aunque si bastante sangre, decido continuar y me lavo en el primer charco que veo. Hay que forzar como un javalí, el primer corte lo tenía cerca así que decidí que en el pitstop ya me curaría bien las heridas.
Avituallamiento en la carrera de montaña.
Llegamos al avituallamiento, algo siempre importante en las carreras de montaña, y entro dentro del tiempo, lo que faltaba de bajada lo hice asegurando un poco más, sin dolores, y con mucha precaución, había piedra suelta y cuando llegué al corte, me atendieron personal de la Cruz Roja. Aunque les dije que no era nada, que me dejaran gasas para lavarme mientras como algo, ellos se lo tomaron muy en serio y perdí mucho tiempo limpiando las heridas.
A partir de ahí, subir, bajar, subir, bajar y ya está, chupado.
Todo iba bien hasta la última subida, esta ya se hizo larga con demasiado barro, los charcos ya los pasamos de frente sin badear y llegamos al último avituallamiento y solo pensaba ya en disfrutar la bajada, disfrutada si, pero con prudencia, no por caer, ese miedo ya se había pasado, era más por lo peligrosa que estaba, se notaron las cuerdas, sirvieron de mucho y de hecho no hubiera sobrado alguna más, pero esto ye monte no un paseo.
Pasado el último puchero, en el cual era mas fácil perder una zapatilla que caerse, empieza el hormigón, cuanto lo echaba de menos (ironía).
Llegado a este punto, cogí el llano y fue el momento que las patines notaron el cambio, decidí entonces caminar un poco para adaptarlas. Mientras el compañero cumplía sus objetivos, yo me marco mi ritmo, el objetivo es acabar el I Trail de Montaña de Gijón en 3h 30′, pero en ese mismo momento no sabía que tiempo llevaba.
Calambres durante la carrera de montaña
Algo de lo más habitual son los calambres, yo no había sufrido aún, pero de repente vi a un compañero parado, estirando, ya habían llegado los calambres, decidí quedarme con él y caminamos un buen rato, no es plato de buen gusto dejarlo tirado. A un 1 kilómetro de la meta, decidimos trotar un poco, y por fin reto terminado.
Tras acabar, me encuentro bien y entero. Algo curioso que me sucedió fue que de repente me llaman, no se quién es, me indican una camilla y cuando pienso que es para darme un masaje, veo allí a mi buen amigo Martins. Comentamos lo duro y largo que es una carrera de montaña, y coincidimos en opinión con Pedro, otro de nuestros compañeros, esto no a echo más que comenzar, seguiremos cumpliendo nuestros objetivos, terminando carreras, un BRAVO por el Nespral Sport Club.
Es importante resaltar el compañerismo que se respira en este tipo de carreras de montaña, en concreto en este I Trail de Montaña en Gijón, hubo rivalidad, respeto y ganas de utilizar la montaña para hacer lo que más nos gusta, correr, running, somos runners. Si te caes, siempre habrá alguien para ayudarte, o al menos se interesará por como estás, eso en el asfalto no ocurre, quizás la naturaleza nos convierta en algo más humano que en el centro de la ciudad.
¡SIEMPRE QUE TE CAIGAS, VUÉLVETE A LEVANTAR!