Retomamos nuestro pequeño ensayo sobre fisioterapia y deporte para hablar de una de las prácticas deportivas que mayor afición genera en nuestra región, el ciclismo. Como siempre, conoceremos cuales son las lesiones más frecuentes, aprenderemos a prevenirlas y os enseñaremos cómo tratarlas mediante la fisioterapia.
La mayoría de la gente nos subimos encima de una bicicleta por diversión y porque sabemos que practicar un poco de ciclismo nos mantiene en buena forma y, además, tiene efectos positivos para nuestra salud. La práctica de este deporte previene dolores de espalda, sobrepeso y problemas cardiovasculares. Gracias a ello, una persona que lo practique con asiduidad tiene un 50% menos de posibilidades de sufrir un infarto.
También nuestra espalda se refuerza gracias al pedaleo, sobre todo la zona lumbar, previniendo la aparición de hernias. Nuestro sistema inmunológico se refuerza, se oxigena el cerebro y se generan las famosas endorfinas u hormonas de la felicidad. Además, a diferencia de otros deportes más traumáticos como correr, la bicicleta protege las rodillas, debido a que las articulaciones no soportan cargas muy elevadas.
Pero no todo van a ser cosas positivas en el ciclismo. Como en todos los deportes, hay partes de nuestro cuerpo que van a sufrir más de lo normal y que de no tomar precauciones pueden derivar en la aparición de molestas lesiones. Igualmente, los factores del entorno serán determinantes: piedras, arbustos,caminos resbaladizos, o la velocidad que llevemos.
Hemos dicho antes que el pedaleo es bueno para nuestra espalda pero también puede provocar sobrecargas o desequilibrios en sus ligamentos y músculos. Cuanto más rápido es el pedaleo o mayor es la inclinación de la cuesta más cargamos la zona dorsolumbar y mayor es el riesgo de sufrir contracturas. Si a esto unimos que al trabajar tanto la zona de la espalda, los abdominales están relajados y no trabajan lo suficiente, acaban produciéndose desequilibrios que, a la larga, acaban en lesión. De hecho, uno de los mecanismos que el cuerpo tiene para aliviar la presión en los discos es contraer abdominales.
El tener una posición demasiado horizontal sobre la bici nos fuerza a levantar cabeza para ver bien la carretera, facilitando la aparición de una contractura dorsal. Asimismo, la flexión continua de la columna puede llegar a producir desagradables dolores de espalda.
Además de las contusiones, abrasiones o fracturas por caídas, como las de clavícula o muñeca, existen otras lesiones bastante comunes en el ciclismo. Una de ellas es la tendinitis rotuliana, producida por una sobrecarga en el tendón de la parte anterior de la rodilla. Normalmente se produce por una mala adaptación a la bici, debido a un sillín bajo o un gran desarrollo que producen un estrés repetitivo en los músculos isquiotibiales y los gemelos, que hacen que estén rígidos y tensos.
El mal uso de la bicicleta puede generar el denominado síndrome de la cintilla iliotibial, que es una lesión por sobre uso de los tejidos blandos en la parte distal del muslo, en la parte externa de la rodilla. Habitualmente se origina por una extensión excesiva o por pedalear con la punta de los pies hacia dentro.
Para terminar con la lesiones más comunes, anotaremos la sobrecarga tibial anterior, una inflamación de los músculos de la espinilla debida a un excesivo esfuerzo del tendón durante el golpe ascendente del pedal.
La mejor forma de prevenir estas lesiones es pedalear a buen ritmo, unas 70 revoluciones por minuto, evitando desarrollos muy duros para no forzar las rodillas. La bicicleta debe ser adecuada, ligera y con un sillín fino que nos permita mantener la pelvis estable durante el pedaleo. Éste debe estar a la altura adecuada, posibilitando que, con las nalgas encima, podamos estirar completamente la pierna, con el talón en la parte más baja del recorrido del pedal. Además debemos ir siempre con casco y al pedalear usar exclusivamente la punta del pie, nunca el talón..
Es conveniente realizar entrenamientos progresivos, al principio en superficies llanas y con poca vibración hasta que, tanto la técnica como la musculatura sean buenas. A veces es bueno comenzar con la estática, ya que no tenemos que preocuparnos por el equilibrio y nos ayuda a fortalecer los músculos al principio.
En nuestro centro de fisioterapia y osteopatía en Gijón, aconsejamos siempre a los pacientes que vienen a la clínica por lesiones causadas por andar en bicicleta, que antes de salir pierdan unos minutos fortaleciendo y potenciando la musculatura abdominal y estirando bien el psoas iliaco, llevando el talón hacia las nalgas y la rodilla más atrás. Además son necesarias una buena alimentación y, sobre todo, una buena hidratación que nos permita recuperar la pérdida de minerales y líquido por el sudor.
Cuando no hemos realizado los pasos anteriores para evitar lesiones y éstas aparecen, lo mejor que podemos hacer es ir a ver a un buen fisioterapeuta. Nosotros comenzamos siempre con una revisión postural en la que se comprobará que las caderas estén bien alineadas, que estén bien desbloqueados los pies, o las zonas que más sufren de la columna.
Posteriormente pasamos a usar diversas técnicas, tanto manuales como tecnológicas con las que se consigue desbloquear las zonas más sufridas: espalda, pelvis, rodillas y pie,favoreciendo una mejor adaptación del ciclista a la bici.
Hemos hecho un repaso a las principales lesiones que se producen en el ciclismo, la forma de prevenirlas y qué puede hacer la fisioterapia a la hora de tratarlas. Recuerda que en nuestra clínica contamos con los mejores equipos para ello, tecnología que usan los mejores deportistas de élite para recuperarse. Si quieres probarlo, sólo tienes que llamarnos y pedir cita.
Te esperamos.