Una de las principales lesiones que se producen cuando tenemos un accidente de coche es el denominado síndrome del latigazo cervical. Sin duda, es una dolencia bastante común en nuestros días, debido sobre todo, a la alta siniestralidad en las carreteras.
El latigazo no es más que una lesión cervical ocasionada por una sucesiva flexión y extensión brusca y excesiva del cuello, lo que produce un esguince cervical en la fase de flexión y una lesión de la articulación facetaria de la columna cervical durante la fase de extensión.
Su principal síntoma es un dolor intenso en la zona del cuello y a su vez, una limitación en el movimiento del mismo debida a que nuestros músculos están contracturados.
Por la experiencia que tenemos en nuestra clínica de osteopatía y fisioterapia en Gijón, muchas veces suele venir acompañada de vértigo, mareos, náuseas e incluso en algunos casos, visión borrosa. Normalmente los síntomas aparecen entre las 12 y las 24 horas después de tener el accidente. En algunos casos, incluso pueden hacerlo mucho más tarde.
Como comentamos anteriormente, la causa de este tipo de lesión son los accidentes de tráfico. Lo más común es que suceda cuando el vehículo en el que vamos está parado o circulando a muy baja velocidad y llega otro por detrás a mayor velocidad que nos golpea. Con el golpe se produce un rápido movimiento de la cabeza hacia delante y hacia atrás, de forma brusca, originando la lesión cervical. Ocurre tan rápidamente que nuestra musculatura es incapaz de ejercer su función protectora. Afortunadamente, los coches que se fabrican ahora, cuentan con reposa cabezas en todos sus asientos que evitan que se produzcan lesiones más graves como fracturas de vértebras o incluso la muerte.
Factores que influyen sobre la gravedad del latigazo cervical
- Posición de la cabeza en el momento del choque.
- Colocación correcta del reposa cabezas.
- Condición física que teníamos antes de sufrir el accidente.
- Funcionamiento correcto de los airbags.
- Capacidad de prever a tiempo el accidente que está a punto de suceder.
Nosotros siempre recomendamos acudir al médico especialista cuando se tienen este tipo de accidentes, para que, a través de una exploración física y radiografías descarte la existencia de fracturas o luxaciones en las vértebras cervicales. Normalmente nos colocarán un collarín durante 2 o 3 semanas para inmovilizar el cuello y nos recetarán una serie de fármacos para aliviar el dolor pero que no eliminan el problema.
Nuestra experiencia como fisioterapeutas y osteópatas nos hace aconsejar a las personas que sufren este tipo de lesión, ponerse en manos de un buen especialista ya que si no se trata a tiempo, el dolor puede volverse crónico. Mediante el análisis del paciente y de los informes de su médico diseñaremos un tratamiento osteopático adecuado a la gravedad de su lesión, buscando recolocar las partes del cráneo y el cuello que pudieron desplazarse en el momento del impacto.
Lo normal es comenzar con un masaje descontracturante suave y prolongado sobre la musculatura cervical y escapular, teniendo en todo momento la cabeza bien inmovilizada. Más tarde, pasaremos a aplicar una serie de masajes para facilitar la circulación en la región cervical y actuaremos sobre los puntos de dolor. Terminaremos el tratamiento con una serie de manipulaciones sobre las cervicales vertebrales.
Una vez finalizado el tratamiento comienza un periodo de rehabilitación cuyo objetivo es que el cuello vuelva a recuperar la movilidad que tenía antes del accidente.